miércoles, 20 de noviembre de 2013

Soy una retrasada!


   Siempre soy puntual cuando quedo con amigos. SIEMPRE. Aunque cuando llego tarde, suelo estar toda la quedada pidiendo perdón.
Pero si hablamos del tema mañanero, eso de levantarse taaan temprano y de entrar al cole a las ocho ... llevo cuatro años haciéndolo y, aunque parezca imposible, aun no me he acostumbrado a ello. Sigo llegando tarde y...siguen dejándome sin entrar a clase.

  Pero el lunes fue diferente. No fue como cada vez que llego tarde. Esta vez la aula donde se quedan los 'retrasados' estaba cerrada. Así que como el camino de mi casa al cole es tan corto y no me da tiempo a despejarme, busqué en seguida un asiento para dejarme caer la hora que me quedaba por delante hasta que el reloj tocara las nueve y yo pudiera subir a clase y sentarme en la misma incomoda silla de cada día, la misma que me soporta siempre en las clases tan aburridas y entretenidas a ratos; la silla que algún día echare tanto de menos. 
Lo único cercano que encontré con forma de asiento fue el banco en forma de L de madera. El mismo banco que llevo viendo cada vez que salgo y entro desde hace 13 años.
Tiré la cartera como quien llega a casa después de haber estado trabajando 36 horas seguidas y, después de la cartera, me tiré yo.
Aun me quedaban por delante 50 minutos de espera mientras que, dos pasillos arriba, mi clase seguía haciendo matemáticas, lo que tendría que haber estado haciendo yo en ese momento.
A la hora siguiente tenía examen de sociales. SOCIALES, esa asignatura que tan mal se me da y que aun espero el día en que demos un tema en el que pueda lucirme. Saqué la libreta y empecé a repasarme lo mismo que me leí una y otra vez el día anterior, hasta que mi parte curiosa hizo que me distrajera y quitara la vista del papel.
Los profesores de Infantil y de Primaria iban llegando poco a poco (ya que sus clases empiezan una hora más tarde). Me quedé mirando embobada como cada profesor que entraba me miraba y decía un Buenos Días arrastrando tanto la a. La manera en la que los hombros de esas personas pesaban tanto y llegaban sin ganas de hacer nada. El hecho de que no tuvieran ilusión de hacer el trabajo que, seguramente, habían soñado hacer durante toda su adolescencia. Del que seguro que miles de veces se imaginaron con brillo en sus ojos siendo profesores; lo que seguro que nunca se imaginaron fueron a ellos mismos llegando al trabajo de sus sueños de esa manera.

Cada Buenos Días que recibía llevaba consigo una a que pesaba cada vez más.
Esas personas que iban llegando se paseaban cada vez más por los pasillos esperando a que diese la hora para empezar a trabajar, para que diese la hora donde empezaba la maldita rutina.

¿Era yo la única que podía ver eso? ¿Era yo la única que veía como, esas personas que solo viven una vez, se levantaban de la cama pensando en todo lo que tenían que hacer como si fuese un castigo? ¿Era yo la única que se percató que ninguno de ellos desprendía ganas de vivir otro día? Ganas de seguir adelante, de hacer algo con sus vidas, de ..  ¿vivir? Me replanteé todo eso cada vez que alguien nuevo entraba por la puerta y, me pregunté mil veces si yo acabaría igual; ya sabéis, haciendo algo que no me llenase, que no me hiciera tener ganas de que fuese de día para levantarme y hacer lo que tanto quiero, que no fuese lo que había soñado durante tanto tiempo.

Hasta que, a penas 20 minutos de que me fuese definitivamente para clase, llegó la que llamo yo: la excepción.
Entró por la puerta con esa vitalidad que tanto la caracteriza, y alzó al aire un Buenos Días!!! seguido de tres puntos exclamativos. Sus palabras resonaron en las cuatro pareces del recibidor del cole y, seguidamente, desapareció por las escaleras tarareando una canción que reconocí al instante: On the floor, de Jennifer Lopez y Pitbull. Lo más seguro es que esa mujer no conociese quien canta la canción, y apuesto a que tampoco se sabía la letra; simplemente se dedicó a tararear el ritmo los 20 minutos que me quedaban por estar ahí sentada.
Sus Buenos Días!!! resonaban cada vez que alguien entraba por la puerta y, como si de magia se tratase, sacaba una sonrisa y un Buenos Días a la persona que entraba; un Buenos Días mucho más alegre que cualquiera de los del principio.

Tocaron las nueve, guardé la libreta, cogí la cartera, me despedí de la mujer que después de 20 minutos aun seguía tarareando la misma canción, y me dispuse a subir a clase con la idea de todo un post por escribir.

4 comentarios:

  1. jajajajaj la verdad es que se me han pasado mil nombres por la cabeza, pero la cara que se me ha quedado al saber quién era... :O
    el otro día, creo que fue el lunes, me di cuenta de una cosa; existe otra señora que alegra los pasillos de Maria Ward school, y es que con esa sonrisa y esa dentadura brillante (sacada de un anuncio de chicles o quizá pasta de dientes) se despide de ti con un caluroso adiós, estudiad mucho, o a veces incluso te pregunta como llevas tus estudios, hasta tu vida sentimental (si, esta señora es un poco maruja). Me di cuenta que aunque la mayoria de alumnos pasen de ella y se marchen sin despedirse, ella esta ahí nieve llueva o haga sol, y me hizo gracia ese detalle, ya que si algún dia faltara, todos la echaríamos de menos, aunque la consideremos invisible.

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    1. Toooooooootalmente de acuerdo!!! La Trident es la mejor del mundo mundial!!! Amo a esa mujer. Y Marta y yo siempre intentamos hacerla reir llamándola mulata para hacerla inmortal! He dicho.

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  2. Esto mismo que has escrito lo he pensado yo muchas veces, sobretodo cuando empieza una clase y el profesor llega de mal humor. Yo no pienso lo tipico de "puto amargado/a" simplemente no entiendo porque le cuesta tanto pensar en positivo o llegar con alegria. El problema es que esto pasa en todos lados y a la gente se le olvida reir o pensar "hoy va a ser un buen dia"

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  3. Oh my goodness? Who is la trident? It cannot be mother I, it has to be T, am I right??? Every time I see her, she cheers me up...it has to be something magical. I dunno, routine is difficult and many people, like you do, may hate mornings....u know what, the most important is how u finish ur day, not how u stat it.... I want to believe that when people start working, they forget about the rest. It happens to me and my period monster!!!

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